Por Raúl Germán Bautista.-Este lunes 14 de abril, el dolor se respira en el aire. En la parte frontal de lo que una vez fue la emblemática discoteca Jet Set, hoy convertida en escombros tras el colapso de su techo, un santuario hecho por los deudos, se alza entre el silencio y la pena.
Allí, donde antes reinaban la música y la alegría, ahora descansan cientos de velones casi todos apagados, decenas de fotografías, banderas de República Dominicana, Venezuela y México, más una Biblia mojada, abierta en el libro de Isaías, que inmortalizan rostros que ya no están, coronas y flores marchitas por el sol y el embate de la intemperie.
Es un rincón donde el silencio grita. Un altar urbano donde el pueblo ha venido a llorar y a recordar a las 226 almas que perdieron la vida de manera trágica. Los deudos, con el corazón en la mano, han hecho de este espacio su refugio espiritual, un lugar de encuentro con Dios, donde elevan plegarias y buscan consuelo.
Se leen mensajes que estremecen el alma: “Se muere quien se olvida”, “Dios, que esto no quede impune, justicia”, “María, siempre te recordaré”, “el recuerdo permanece donde el corazón no olvida”, “EPD, Rubby Pérez”, “Biaka Reyes, siempre te recordaremos”, “¡¡el duelo es colectivo, fuerza!!”, “somos dominicanos, un solo latir”, “Venezuela y dominicana, justicia”, “dales, Señor, descanso eterno”, entre otros.
Aquí, cada vela encendida fue una promesa para el descanso eterno, cada flor depositada una “caricia” para quien en vida fue aquella persona; cada foto representa una vida que sigue latiendo en el recuerdo.
En uno de los costados, como se lee más arriba, un mural de fondo blanco se convierte en testigo de un clamor colectivo. En él, la gente ha pintado con palabras el dolor que los consume y la esperanza de que haya justicia. Es un lienzo de emociones: lágrimas convertidas en tinta, gritos de impotencia escritos con rabia y amor.
Cada frase que leímos es un grito contenido, una súplica, una promesa de no olvidar. Es la voz de un país que llora unido, que exige justicia, que no deja solos a sus muertos.
Hoy, donde antes se baila con alegría, solo queda el eco de las oraciones y el murmullo del viento rozando flores marchitas.
Esas paredes que aún quedan “de pie” fueron las últimas testigos de aquella tragedia, imborrable en la memoria de los sobrevivientes y que azota como látigo en la espalda, en cada corazón de los familiares de las víctimas.
INVESTIGACIÓN.-
El director de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie), Leonardo Reyes Madera, informó que en un plazo de aproximadamente tres meses estará listo el informe final sobre el colapso del techo de la discoteca Jet Set.
Reyes Madera detalló que en el proceso investigativo participan dos equipos técnicos.
Uno de ellos se encarga del levantamiento físico del lugar del siniestro, mientras que el otro trabaja en la recolección y análisis de piezas estructurales.
Estos elementos permitirán la creación de un modelo digital de la edificación para simular las cargas que soportaba el techo antes del desplome.
“Los escombros están siendo preservados como parte del procedimiento técnico. Su análisis es fundamental para determinar con precisión las causas que provocaron la caída de la estructura”, afirmó el funcionario.
El material recuperado está bajo revisión de expertos nacionales y forma parte del informe forense estructural que emitirá Onesvie. Este documento será clave para esclarecer las circunstancias que originaron el siniestro y se elaborará conforme a los protocolos establecidos por las autoridades competentes.
Fuente: Ndigital.
