Según muestran las webs de seguimiento de aviación, el Pentágono desplegó hoy dos aviones de la familia R-135, cuya misión es recolectar distintos tipos de inteligencia.
EE.UU. ya desplegó ayer otro avión de vigilancia, en ese caso un ARES (siglas en inglés de Sistema Aerotransportado de Reconocimiento y Guerra Electrónica), coincidiendo con el inicio de sus ejercicios Freedom shield, basados en simulaciones por ordenador que contemplan escenarios en los que Corea del Norte ataca el sur de la península y que durarán hasta el 23 de marzo.
Los aliados han alertado de que Corea del Norte, que ha prometido dar una “respuesta sin precedentes” a los ejercicios, tiene todo listo para hacer cuando quiera una nueva prueba nuclear y algunos expertos creen que el régimen podría optar por probar su primer misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido, más eficiente que los que usan propelentes líquidos.
Máxima tensión en la zona
Hoy mismo, el ejército norcoreano disparó dos misiles balísticos de corto alcance (SRBM) al mar de Japón, y el domingo lanzó dos misiles estratégicos de crucero desde un submarino.
Los proyectiles impactaron en aguas del mar de Japón tras volar unos 620 kilómetros, según el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS).
Se trata del séptimo lanzamiento en lo que va de año realizado por el régimen norcoreano, que ha prometido dar una “respuesta sin precedentes” a los ejercicios de primavera Freedom shield de los aliados que arrancaron ayer y durarán hasta el próximo 23 de marzo.
La península vive un nivel histórico de tensión después de un 2022 en el que Pionyang ha rechazado ofertas para retornar al diálogo, ha efectuado un número récord de pruebas de armas y en el que los aliados volvieron a realizar grandes maniobras y a desplegar portaaviones de propulsión nuclear o bombarderos.
Ante la aparente falta de voluntad para impulsar la distensión por ambas partes, los expertos han señalado el creciente peligro de que se produzca un error de cálculo que pueda tener consecuencias fatales.